De ahí, lo cansino, lo aburrido y lo desagradable que fue ese primer tiempo para el respetable; porque ninguno quiso arriesgar y ambos jugaron al error del otro, mismo que se produjo a los diez minutos, cuando falló Joel Huiqui y poco le faltó a Palencia para anotar, de no ser por la gran desviada de Vilar.
De ahí en más, nada de nada, para ninguno de los dos lados. Mucha marca en los últimos sectores, siempre cubriendo dos a uno y sin espacios profundos, generalmente los velocistas no hacen daño.
La segunda mitad comenzó similar, sólo que Monarcas, tuvo en Leao Rojas, un buen acompañante de Márquez, mientras que Rey se tiró más al costado derecho. La velocidad del ecuatoriano fue veneno puro para los dos zagueros universitarios, aunque generalmente fue Israel Castro quien les ayudó para evitar cualquier peligro.
Pero vino el golazo de Palencia y fue como una explosión para los locales, como si les picaran el orgullo y se fueron avasallantes al frente, descuidando todo.
Y entonces comenzaron los problemas para la segura zaga auriazul. Los enemigos llegaban por todos lados, especialmente por el izquierdo y por el derecho entre Elías Hernández y Luis Gabriel Rey provocaron peligros mayúsculos.
Hasta que llegó el extraordinario servicio de Rey para Leao, porque puso la pelota por detrás de las espaldas de los zagueros para que Rojas entrara solo y venciera a Palacios.
Luego todo fue del lado local, pero no pudieron llevarse la ventaja al estadio Olímpico en donde los Pumas son más que peligrosos, aunque desde ya auguramos un partidazo, porque los dos tienen potencial de gol.
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