Han transcurrido ocho jornadas del campeonato mexicano. En la cima de la tabla, con cinco triunfos y tres empates, descansan los invictos Pumas de la Universidad. Se trata de uno de los “cuatro grandes” del balompié azteca, por lo que su posición no debería causar sorpresa. Sin embargo, cuando se añade que los auriazules no han comprado refuerzo alguno en los últimos dos años, la historia se vuelve mucho más interesante.
En el futbol del siglo XXI, donde los traspasos millonarios se han hecho la norma más que la excepción. El caso del Club Universidad destaca por inusual y exitoso. Salvo las ventas de jugadores al extranjero y los ascensos de la cantera, el plantel permanece prácticamente sin cambios en los últimos años. Período en que los universitarios han ganado un título, se han convertido en protagonistas constantes y ahora miran desde arriba al resto de los equipos en el Clausura 2011.
Las claves del éxito
Para conocer un poco mejor este inusual y exitoso proyecto, FIFA.com charló en exclusiva con Mario Trejo, director deportivo auriazul. Para empezar, el directivo revela que la idea surgió de una mezcla de convicción y necesidad. “Cuando llegó la nueva directiva, hace 4 años y medio, había un problema de descenso muy fuerte y una situación financiera comprometida”, reconoce. “La filosofía del club había sido siempre trabajar con fuerzas básicas, y quisimos retomarla aunque, por el problema de descenso, lo hicimos gradualmente. En principio mantuvimos una estructura base de jugadores con experiencia y oficio y apostamos por un técnico reconocido, como Ricardo Ferreti”.
Una vez superados los aprietos en la tabla, comenzó a darse el cambio en el enfoque futbolístico. “En lugar de hacer los siete u ocho cambios de jugadores que se acostumbran en el futbol mexicano, apostamos por mantener el plantel y poco a poco ir incorporando jóvenes conforme fuera presentándose la necesidad del equipo”, afirma.
Durante muchos años, los Pumas habían sido considerados como la gran cantera del futbol mexicano, con graduados de la talla de Hugo Sánchez, Jorge Campos y Luis García. Sin embargo, el consenso era que habían dejado de producir los talentos de antaño. Una de las primeras tareas de la nueva directiva fue regresar a los principios formadores del club. Y, nuevamente, apostaron por la paciencia.
“Cuando llegamos, nos decían que teníamos que echar a la gente de fuerzas básicas porque no funcionaba, pero analizamos su trabajo y nos dimos cuenta que no era necesario”, considera Trejo, “El problema era esencialmente que no se abrían espacios en el plantel de primera división sino que se traían jugadores de afuera. Así se le dio la oportunidad a jóvenes como Héctor Moreno, Pablo Barrera y Efraín Juárez, que hoy juegan en Europa, y comenzó el proceso de los muchachos que ahora están en el primer equipo”, consideró.
Un proyecto sin final
En los Pumas superlíderes del Clausura destacan otros nombres de canteranos. El más renombrado es el polivalente Javier Cortés, que ha marcado ya dos goles de antología. También figuran el sólido mediocampista defensivo David Cabrera o el veloz extremo Carlos Orrantia. Pero la base siguen siendo los jugadores de experiencia, lo que no es casualidad. “Son los que llevan el peso, pero para nosotros no tiene importancia la edad, analizamos día a día el rendimiento de jugador. Algunos critican, nos dicen que el futbolista tiene 32, 39, 18 años. Pero es precisamente esa mezcla de experiencia y juventud lo que nos da la fortaleza”, señala Trejo.
Y la filosofía pasa también por el banquillo. “Cuando Ferreti decidió irse, la selección natural era la de su entonces ayudante Guillermo Vázquez. En ese momento nos dijeron ‘hay que traer otro de más experiencia’, pero nosotros conocemos a Memo. Llegó aquí siendo un niño, está identificado con el club y había trabajado mucho tiempo en fuerzas básicas. Y lo ha hecho mucho mejor de lo que muchos pensaban. La continuidad no es un capricho, sino convencimiento absoluto en la capacidad del que viene detrás” afirma tajante Trejo.
Para terminar, el director deportivo de Pumas señala con convicción que el proyecto no tiene fecha de caducidad. “No tiene final, es una forma de ver y vivir el futbol. Vamos a seguir buscando ser campeones cada torneo, con nuestra filosofía. Aunque tampoco se trata de ser radicales. Cuando disminuya el rendimiento de la gente de cierta edad y no veamos un relevo, nos daremos a la tarea de traer alguien de fuera. Pero si seguimos trabajando en la cantera como ahora, no será necesario. Hasta ahora los resultados se han dado sin traicionar nuestros principios, y eso es lo fundamental”.
